El particular inicio de curso de Zapatero en Rodiezmo lleva camino de convertirse en un espectáculo más de varietés excesivamente burdo. Constituye un gesto más de un presidente vacuo, de pose y sin contenido, un presidente de mucha retórica pero poca gestión. Con ese cortoplacismo tan característico que ha llevado a nuestro país a situarse en los vagones de cola del mundo desarrollado. Un gobierno que sobrevive a base de ocurrencias y subordinado completamente a la política de imagen.
Francia y Alemania repuntan, lógico, pensaran ustedes, son dos grandes potencias a las que no nos podemos comparar (gracias a Zapatero ya no). Retengan este dato, Grecia y Portugal también muestran datos de mejora económica, y nosotros detrás de ellos. Dilapidada la herencia del gobierno Aznar sólo queda de vivir de improvisaciones, ocurrencias y gestos grandilocuentes.
Sé que no es sencillo, pero un presidente del gobierno no puede estar pensando continuamente en el voto, sino en adoptar medidas, aunque estas resulten impopulares. Yo, entre otras, propondría las siguientes: política austera de reducción del gasto público, congelación del sueldo de los funcionarios, reformas estructurales en el mercado laboral, plantear el debate energético de forma seria, y por supuesto no subir los impuestos, bajo ningún concepto.
Además, de forma cariñosa y simpática, propongo al PSOE de Gandia, un acto similar de inicio de curso político. Por supuesto, adaptado a la idiosincrasia propia del terreno. Veamos, Orengo evidentemente ocuparía el papel de Zapatero, se parecen enormemente, muy a nuestro pesar por su deficiente gestión, basada en una visión política cortoplacista y pensada más en la estrategia política que en las necesidades reales de los ciudadanos. Alfonso Guerra estaría encarnado, de forma magistral, por el inefable Alfredo Boix, ambos con sus risotadas, sus papeles de eternos segundones, y su mala educación política les convierten en almas gemelas. Y bueno, ¡qué decir del público!, podríamos cambiar a esos sindicalistas que en esta misma situación económica con un gobierno del PP habrían convocado 24 huelgas generales ya. Esos sindicalistas podrían ser sustituidos perfectamente por los asesores de gobierno, comparten muchas similitudes y además en cantidad son prácticamente idénticos, por la abundancia, entiéndaseme.
Para finalizar, eso sí, que se note que somos los más carcas; puño en alto y cantando bien alto la internacional. Lástima que aun queden en partidos democráticos y del siglo XXI gestos totalitarios y fascistas que deberían ser borrados para siempre de nuestra memoria, histórica claro.
Francia y Alemania repuntan, lógico, pensaran ustedes, son dos grandes potencias a las que no nos podemos comparar (gracias a Zapatero ya no). Retengan este dato, Grecia y Portugal también muestran datos de mejora económica, y nosotros detrás de ellos. Dilapidada la herencia del gobierno Aznar sólo queda de vivir de improvisaciones, ocurrencias y gestos grandilocuentes.
Sé que no es sencillo, pero un presidente del gobierno no puede estar pensando continuamente en el voto, sino en adoptar medidas, aunque estas resulten impopulares. Yo, entre otras, propondría las siguientes: política austera de reducción del gasto público, congelación del sueldo de los funcionarios, reformas estructurales en el mercado laboral, plantear el debate energético de forma seria, y por supuesto no subir los impuestos, bajo ningún concepto.
Además, de forma cariñosa y simpática, propongo al PSOE de Gandia, un acto similar de inicio de curso político. Por supuesto, adaptado a la idiosincrasia propia del terreno. Veamos, Orengo evidentemente ocuparía el papel de Zapatero, se parecen enormemente, muy a nuestro pesar por su deficiente gestión, basada en una visión política cortoplacista y pensada más en la estrategia política que en las necesidades reales de los ciudadanos. Alfonso Guerra estaría encarnado, de forma magistral, por el inefable Alfredo Boix, ambos con sus risotadas, sus papeles de eternos segundones, y su mala educación política les convierten en almas gemelas. Y bueno, ¡qué decir del público!, podríamos cambiar a esos sindicalistas que en esta misma situación económica con un gobierno del PP habrían convocado 24 huelgas generales ya. Esos sindicalistas podrían ser sustituidos perfectamente por los asesores de gobierno, comparten muchas similitudes y además en cantidad son prácticamente idénticos, por la abundancia, entiéndaseme.
Para finalizar, eso sí, que se note que somos los más carcas; puño en alto y cantando bien alto la internacional. Lástima que aun queden en partidos democráticos y del siglo XXI gestos totalitarios y fascistas que deberían ser borrados para siempre de nuestra memoria, histórica claro.
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