Suma y sigue. La nueva polémica del gobierno municipal viene a cuenta de la decisión de retirar la subvención a la Asociación Gandia Nautica. Y todo ello inmediatamente después de que la citada asociación recriminara al gobierno su actuación al no querer retomar la marina pública que ellos mismos eliminaron hace ya cinco años.
No les oculto nada si les digo que me preocupa la deriva escasamente democrática que está adquiriendo el PSOE en Gandia. Todo aquel que no le baile el agua pasa a formar parte de la lista negra de Orengo.
Olvidan que el 90% de los asociados son gente de rentas medias-bajas, en su mayoría jubilados que han dedicado toda su vida al mar y lo que es más sangrante vecinos empadronados en Gandia. No valen las excusas; no han sabido dar una solución en 5 años ni lo harán en lo que queda de legislatura.
Olvidan los más de 3.300.000 € que todos los gandienses hemos pagado para satisfacer las ansias de grandeza de Orengo al querer llenar el Grau de megayates. La triste realidad es que a día de hoy ni hay megayates, ni hay pequeñas barcas.
Frente a la escasa sensibilidad de un PSOE en Gandia que cada día tiene menos de socialista, Arturo Torró y el PP de Gandia, conscientes de la demanda de la mayor parte de vecinos del Grau y de la Asociación, se han comprometido a solucionar el problema instalando una marina pública.
Con ello ofrecemos un servicio a todos aquellos que deseen disfrutar del mar pero no tengan los suficientes recursos para pagarse un amarre privado. Gandia como ciudad de mar, debe vivir abierta a éste y no de espaldas como hasta ahora. Otras ciudades (Altea, Denia o Valencia) disponen de esta infraestructura y yo como gandiense no renuncio a la medida social que supone disponer de una marina pública y popular.
Pero lo que supone una escasa altura de miras es no reconocer el atractivo turístico que supone para el pueblo del Grau disponer de una estampa completamente marinera que ofrecer al turista. Un atractivo más con el que poder disputar plazas turísticas a las ciudades antes mencionadas.
Me entristece comprobar como el PSOE en Gandia ha perdido su vocación social por mera estrategia política. Me entristece comprobar como Vicent Sarch va en contra de los intereses del Grau para contentar al Sr. Orengo, pero me enorgullece tremendamente el pertenecer a un partido que demuestra en cada acción que lo más relevante de su ideario siguen siendo los ciudadanos de Gandia y sus demandas.
No les oculto nada si les digo que me preocupa la deriva escasamente democrática que está adquiriendo el PSOE en Gandia. Todo aquel que no le baile el agua pasa a formar parte de la lista negra de Orengo.
Olvidan que el 90% de los asociados son gente de rentas medias-bajas, en su mayoría jubilados que han dedicado toda su vida al mar y lo que es más sangrante vecinos empadronados en Gandia. No valen las excusas; no han sabido dar una solución en 5 años ni lo harán en lo que queda de legislatura.
Olvidan los más de 3.300.000 € que todos los gandienses hemos pagado para satisfacer las ansias de grandeza de Orengo al querer llenar el Grau de megayates. La triste realidad es que a día de hoy ni hay megayates, ni hay pequeñas barcas.
Frente a la escasa sensibilidad de un PSOE en Gandia que cada día tiene menos de socialista, Arturo Torró y el PP de Gandia, conscientes de la demanda de la mayor parte de vecinos del Grau y de la Asociación, se han comprometido a solucionar el problema instalando una marina pública.
Con ello ofrecemos un servicio a todos aquellos que deseen disfrutar del mar pero no tengan los suficientes recursos para pagarse un amarre privado. Gandia como ciudad de mar, debe vivir abierta a éste y no de espaldas como hasta ahora. Otras ciudades (Altea, Denia o Valencia) disponen de esta infraestructura y yo como gandiense no renuncio a la medida social que supone disponer de una marina pública y popular.
Pero lo que supone una escasa altura de miras es no reconocer el atractivo turístico que supone para el pueblo del Grau disponer de una estampa completamente marinera que ofrecer al turista. Un atractivo más con el que poder disputar plazas turísticas a las ciudades antes mencionadas.
Me entristece comprobar como el PSOE en Gandia ha perdido su vocación social por mera estrategia política. Me entristece comprobar como Vicent Sarch va en contra de los intereses del Grau para contentar al Sr. Orengo, pero me enorgullece tremendamente el pertenecer a un partido que demuestra en cada acción que lo más relevante de su ideario siguen siendo los ciudadanos de Gandia y sus demandas.
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