LA COTIDIANEIDAD DE LAS COSAS

En numerosas ocasiones la ciudadanía tacha a los políticos de seres que se ocupan poco por la realidad de sus problemas ocupando su tiempo en ideas o proyectos que, o bien no demandan, o bien nada tienen que ver con el panorama real de sus expectativas.

En Gandia, la dinámica general de los últimos años ha caminado por estos derroteros. El último ejemplo es el nuevo anuncio del titular de territorio del gobierno local, Fernando Mut con las mamotréticas torres fantasma que pretende colocar en la entrada sur de nuestra ciudad.

En un primer anuncio se publicitó como torres de 25 alturas, ahora ni el propio concejal acierta con las mismas.

Me preocupa no tener un gobierno local centrado en la cotidianeidad de las cosas, en lo más urgente, en el presente. Me preocupan los casi 8.000 parados, las infinitas obras o el caos de tráfico. Me preocupa que cada vez acuda más gente a nuestro comedor social, o que los jóvenes del Grau no tengan el archiprometido Casal Jove. En definitiva, me preocupa la realidad de Gandia.

El mayor drama de este gobierno es precisamente ese, que no asume el discurso de la ciudadanía como propio, vive alejado de una cotidianeidad que no les permite trabajar en la correcta dirección.